sábado, 29 de marzo de 2008

El Hornazo Mágico

Se acercaba el Lunes de Quasimodo. Todos los niños y niñas del colegio estaban alborotados: tenían que preparar sus hornazos para la romería y para llevarlos a la escuela… A todos les gustaba mucho eso de comprar las chuches y reunirse en la cocina con las abuelas y las mamás para hacer el tostadillo y adornar las tortas y los huevos.

En la clase de 2º había una niña boliviana y otros que habían llegado desde Francia. Sus compañeros los querían invitar porque ellos no habían probado nunca un hornazo.

¡Todos estaban tan emocionados! Ana, con las prisas, casi se cae, pero su hornazo no se estropeó. Juan Antonio estaba muy contento. Su hornazo era mágico: era un hornazo hablador que volvía a los niños y niñas que lo probaban más inteligentes.

Juan Antonio invitó a comer de su hornazo a todos sus compañeros, y el hornazo parlanchín los animaba a estudiar, a leer mucho, a comer sano, a cepillarse los dientes… y se sentía feliz viendo cómo todos disfrutaban con él.

¡Aquel Lunes de Quasimodo sí que fue especial!

Y colorín colorado,este cuento que entre todos hemos inventado se ha terminado.